Tan tortuoso, tan insulso,
el día se levanta con ánimos de verte,
de llegar y molestarte en clases,
de observarte ayudando a otros,
de reírme contigo mientras comes,
de embarrarte la cara con helado,
de caminar con el viento tomados de las manos,
de recostar nuestras cabezas una sobre la otra,
de observar tus monumentales ojos
y regresar en un conchoromántico a la realidad.
Por eso es martes,
porque no te veo, tu voz no escucho,
por eso es tan tortuoso, por eso es tan insulso.
noviembre 06, 2009
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