`Lucas 18.13: (...) de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, ten piedad de mí, pecador."
Sal 38:3 Nada hay sano en mi carne a causa de tu indignación; en mis huesos no hay salud a causa de mi pecado.
Sal 38:5 Mis llagas hieden y supuran. A causa de mi necedad,
Sal 38:6 estoy encorvado y abatido en gran manera, y ando sombrío todo el día.
Sal 38:7 Porque mis lomos están inflamados de fiebre, y nada hay sano en mi carne.
Sal 38:18 Confieso, pues, mi iniquidad; afligido estoy a causa de mi pecado.
Rom 7:19 Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero, eso practico.
febrero 24, 2010
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