Donde habite el olvido: Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.
--LuisCernuda

mayo 03, 2012

Se quedó perdida en sus ojos. Se atascó en su sonrisa. No podía escapar de su abrazo cuando llegaron. Invadieron su mente sin pedir permiso, amedrentaron su conciencia, maltrataron su corazón, jugaron despiadadamente con sus intenciones. Llegaron para preguntarse mil cosas, para abandonar, para sucumbir, para alejarse, para pensar de más. Llegaron y cuestionaron a la mente lo que el corazón sentía, hicieron las más difíciles preguntas, como si estuviesen buscando un culpable o si no creyeran más a la verdad que decían sus palabras. Asfixiaron las buenas intenciones y quisieron hacerla salir huyendo. Se burlaron de toda la historia y de este nuevo comienzo. Trataron de matar todo lo invisible, todo lo que se siente, todo lo que hasta ese día parecía seguro. Torturaron a sangre viva todo lo que respondía a la razón y el corazón. Llegaron y parecen no quererse volver a ir. Malditas dudas.

mayo 02, 2012


Necesitas evaporarte de mis pensamientos, mudarte de mi mente. 
Necesitas irte de mis sonrisas, tienes que irte de mis sueños.
Tu nombre debe huir de mis sinapsis, tu dulzura borrarse de mi piel.
Necesito matarte de alguna manera, necesito hacerte canciones.
Y así, tenerte como un fugaz recuerdo, un tenue sabor a miel entre mis neuronas, una melodía inmortal entre acordes vitalicios, una memoria que debo recordar olvidar entre intentos ficticios.

mayo 01, 2012


Aún en mi subconsciente te comportas de forma tan parca y lejana. Aún allí tienes vida propia y no obedeces al reflejo de mis percepciones matizadas bajo luces oníricas. Tuve hasta que rogarte que me abrazaras y todo fue igual. Como si nada hubiese cambiado. Como si tu ausencia nunca hubiese existido. Como si fuese dueña de tus labios. Y extrañé tanto esa piel suave, esa mente brillante, esas palabras oportunas. Al parecer visitaste mis sueños o aún tengo tu recuerdo intacto. Fue una epifanía, una visión. 
Y esta noche ¿Vuelves?

abril 30, 2012


“¿Qué haces?”. En esa simple pregunta se fue todo el veneno, todo el dolor, toda la angustia, todo lo que quería preguntar. En ese momento más que nunca, esas dos palabras cobraban más vida que la suma de todas las personas del planeta tierra, era lo único que quería saber y como un destello de genialidad, se lo preguntó a la hora, tiempo, momento, lugar y espacio adecuados. Era de madrugada, de un  lado de la pc alguien estudiaba y del otro…Pues no se sabía bien, quizás estudiando, barajando, hablando…Quién sabe. Dice él que era estudiando. 
Ya estaba cansada de nunca hacer nada, de nunca hablar de algo, de que no supiera las respuestas a sus preguntas, de que no se esmerara en intentar buscar respuesta, de rendirse tan fácilmente ante el “Ok” enigmático de esta mujer. “Rayos, por una vez en tu bendita vida, desvélate conmigo, vive un chin”. Eso quería decirle pero ya se había ido a dormir sin siquiera darse cuenta de la frialdad con que lo despidió.

El insomnio me da con ganas de soñarte. Si mi problema no fuese crónico e irremediable, si pudiera ordenarle a mi cabeza que me transmitiera tus imágenes cuando me voy a pasear por sus campos oníricos, te soñaría todas las noches. Nuestras manos vivirían en un compromiso de no separarse muy lejos, nuestros labios vivirían hablando amor entre ellos y estaría  entre ver tus ojos color naturaleza cuando tomamos un descanso para hablar con palabras, y permanecer en una dulce y excitante oscuridad. Sé que tus manos me sujetarían firme y delicadamente, que se pasearían por mi cuerpo y que me enseñarían nuevas sensaciones. Y quizás, pero sin el quizás, viajaríamos a millones de años luz de este calor caribeño para retornar juntos, entre suspiros y sonrisas, y entonces despertar y seguir pensando en ti. Si mi problema no fuese crónico e irremediable, te soñara igual, pero diferente todas las noches.

enero 29, 2012

Melancolía.

No sé si fue un sueño, pero lo último que recuerdo es que antes de ser tan feliz, me acostaba en una cama con el corazón inerte y frío, con latidos bradicárdicos, con memorias viejas atoradas en un corazón enfermo, que por primera vez obedecía las órdenes de un cerebro más viejo que mi la edad corporal. Y no sé qué sucedió, no recuerdo si algo más ocurrió, si hubo algún lapsus amnésico pero aquel día volví a levantarme pero, extrañamente, estaba feliz. Era una sensación tan fuera de lo común que ni me dejaba pensar bien; mi cerebro no sabía si mandarme a respirar o sonreír. Era como si me hubiese levantado en otro cuerpo, con otra alma. Esa, tu blanca piel, me bienvenía a esta nueva etapa de la vida que, al parecer, consistía sólo en amarte y ser feliz.

Y no sé qué sucedió, pues ahora no logro recordar ni cómo ni cuándo ni dónde te he dejado, por qué tu nombre ya no sabe a amor sino a recuerdo.
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