En el momento cinético,
quiero ver tus ojos mirarme,
deja que la magnitud del silencio agrande,
que el volumen de tu voz se contraiga
y que un beso sobre mi mejilla caiga.
Que entre nuestras pieles haya rozamiento
o que tus manos sirvan a mi piel como amortiguamiento,
no disminuirá la velocidad del tiempo,
que los segundos vuelen con el viento.
Se rompe el equilibro estático
con el ángulo de tu mirada,
y el torque que ejerce tu voz cuando hablas,
hace que mi corazón gire hacia direcciones inimaginadas.
En cada latido hay una tracción,
y se acelera mi impaciencia
al observar que la velocidad por el tiempo no me agrada,
y que mi ser cada minuto te extraña.
Nadie sabía que la ecuación para este amor se resolvería,
que la fórmula para tú y yo tan cerca estaría,
que Alguien nos pondría en la misma dirección
y que quedaríamos enganchados en esta dulce colisión.
junio 26, 2009
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