Un abrazo en el que nos confundamos
Que mis brazos sean tus sábanas
y mi pecho tu almohada
Que mis poros sean tu oxígeno
y mi respirar tus latidos
que nos miremos y no nos demos cuenta
que el tiempo pase, y de la vuelta, que se quede y nos envuelva,
Que tu sonrisa sea mi vida, y mi vida... la tuya
Omell Elivo
(Le salió de lo más profundo de su hígado)
septiembre 11, 2009
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